EMPEINE II, ‘parte superior del pie, entre la caña de la pierna y el principio de los dedos’, ‘parte superior del zapato’, ant. ‘uña del caballo’, del mismo origen incierto que el fr. empeigne, cat. empenya, port. empenha, it. merid. mpigna ‘parte superior del zapato’, y quizá del mismo origen que el sardo campid. péttini ‘coz’, a saber del lat. PĔCTEN, -էNIS, propiamente ‘peine’, por comparación con la ramificación ósea que forma los cinco dedos del pie; por razones fonéticas es probable que todas las formas romances sean préstamos del francés.
1.ª doc.: APal. 483d: «sura... se toma unas vezes por pierna e otras vezes se pone por parte del pie, en lo alto del empeyne».
Según Wagner (Das ländl. Leben Sardiniens, p. 100) debe de haber parentesco con el campid. péttini ‘coz’ (kwaȓȓu irat péttinis ‘caballo que tira coces’, kwaȓȓu pettinaori), que primitivamente designaría la uña o pata del caballo; PECTEN aparece aplicado a una parte de las extremidades del caballo, seguramente ya la uña, en dos textos del S. IV, la Mulomedicina Chironis y Marœlo Empírico, y como vió d’Ovidio, ZRPh. XXVIII, 544-5, se tratará de PECTEN ‘peine’, aplicado al empeine del pie, por comparación con la ramificación de los cinco dedos y de las ramificaciones óseas que les preceden, y de ahí luego a la uña del caballo. El vasco oin-orrazi ‘empeine del pie’, literalmente ‘peine del pie’, confirma la etimología PECTEN; ya aparece en un texto trasmitido en ms. del S. XVI, pero sin duda más antiguo: vid. Michelena, BSVAP XI, 288.
Hay, sin embargo, dificultades que hicieron vacilar a Baist (KJRPh. VIII, i, 212), M-L. (REW1, 4297), y llevaron a otros a buscar otras etimologías. No está claro el origen de la sílaba em-, annque el mismo caso se da en empeine ‘pubis’, que viene indiscutiblemente de PECTEN (V. PENDEJO) 1; quizá IN PECTINE quedaría soldado en época muy antigua, anterior al uso general del artículo (que no es muy antiguo tras preposición), y se aplicaría así a la parte de la piel del pie o del zapato que está ‘en el peine’, es decir, sobre la articulación ósea que se comparó con un peine2. Por lo demás es evidente que el cast. empeine va con el fr. empeigne [empeine, S. XIII], oc. mod. empegno, cat. empenya [1696; ya empena en un doc. barcelonés de 14813, forma hoy conservada en Mallorca: Amengual; BDLC VII, 175], port. empenha [doc. de 1470-80, en los Inéd. de Hist. Port., cita de Mornes], it. merid y sic. mpigna, sardo impenna, impinna, aplicados todos ellos a la parte superior del zapato. No hay gran dificultad en derivar el fr. empeigne de PĔCTEN, comp. peigne ‘peine’4, pues las formas antiguas empiegne, empiene se explican por el influjo de pied; en vista de esta forma el DGén., seguido todavía por Bloch, supuso un lat. vg. *IMPĔDէNA ‘lo que sirve para sujetar el pie’, pero ya M-L. observó que esta formación era poco convincente desde el punto de vista morfológico y presentaba peores dificultades fonéticas (Gamillscheg, EWFS, por estas razones la modificó en *ANTEPĔDէNUM). En realidad, las dificultades no están en francés, sino en las demás formas romances (excepto el castellano), que no se compaginan fonéticamente con PECTEN5: comp. oc. empegno con penche ‘peine’, cat. empenya con pinte, port. empenha con pente, it. mpigna con pettine. A ellas se junta el cast. antic. y hoy salm. empeña ‘empeine del zapato’ (dos ejs. en la Pícara Justina, ed. Puyol, III, 167), de donde por disimilación el salm. empella íd. (recogido por la Acad. ya en 1843).
Habrá que admitir que estas varias formas, que sólo significan ‘empeine del zapato’, son voces de la terminología de los cueros y de la zapatería, que han viajado desde las zonas industriales del Norte de Francia; pero ni así y todo desaparecen todos los obstáculos, pues la variante cat. empena, antigua, y conservada en el más arcaizante de los dialectos catalanes, se explica mal partiendo del francés y la alternancia entre -na y -nya (como en pena ~ penya ‘peña’ PINNA) produce el efecto de un vocablo autóctono; de todos modos siempre será posible considerar que empena viene del fr. ant. empeine.
1 Pero este otro empeine pudo ser arrastrado por la palabra que estamos estudiando. Más difícil es que en ambos influyera EMPEINE III, de significado muy diferente.― ↩
2 ¿O se trataría de un derivado *ANTEPECTEN ‘parte anterior o externa del PECTEN’ (de donde *ampeine > empeine)? Que sería lo más satisfactorio en el aspecto formativo. Pero falta confirmación filológica.― ↩
3 Moliné i Brasés, Consolat de Mar, p. 232.― ↩
4 De todos modos la forma regular del francés antiguo para ‘peine’ era pigne, según debía esperarse, y la moderna se debe al influjo del verbo peigner. Tal influjo era menos natural en la voz que significaba ‘empeine de zapato’, pero el cambio del uno pudo arrastrar mecánicamente el del otro.― ↩
5 Tampoco con el improbable *IMPĔDէNA, desde luego: comp. cat. repetnar, cast. respendar de RE-PEDINARE. ↩